jueves, 20 de mayo de 2010

Los días llegan abrasados


Ahí estaremos. Ojalá que pueda ver a muchos de ustedes. Y si no viven cerca o de plano están en otro continente, con que antes de dormir eleven alguna palabra incendiada me conformo.
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jueves, 6 de mayo de 2010

Buharza


Lo primero que salta a la vista cuando se contempla una buharza, es su gesto de implacable solemnidad, como si cualquier acontecimiento, por anodino que sea, pudiera engendrarle horror y repugnancia infinitos. Eso, aunado a su figura de ave melancólica, ha hecho que, o se le tema y se le señale con el dedo como al Terrible Heraldo de las Calamidades, o se le eche a escobazos cuando se posa en las ramas bajas de árboles cercanos a las viviendas de los hombres, o incluso se les llegue a confundir con espíritus incitadores a la sumisión y el desamparo. Suelen tener las garras afiladas y las plumas carcomidas por diversos insectos, si bien es cierto que las lucen con dignidad aristocrática, con lo que a veces dan la impresión de ser grandes señoras venidas a menos.

En su cotidiana interacción con otros animales, las buharzas siempre sospechan que todos a su alrededor chapalean en los pantanos de la pereza, con lo que no dudan en graznarles severos sermones llenos de moralidad y buenas maneras con ese timbre fúnebre que las caracteriza, mientras que, para sorpresa de no pocos estudiosos, consienten e instigan los más ínfimos caprichos de los colosales grosopótamos, esas increíbles bestias consagradas a la abulia, dando pie con ello a incontables y escalofriantes leyendas acerca de sus amores contra natura.

Y contrastando con esto último, se cree que debido al deprimente espectáculo de sus ritos de apareamiento con miembros de su propia raza, las buharzas están condenadas a una lenta e inexpugnable extinción, con lo que diversas instituciones asumieron la tarea de recolectar ejemplares para analizar sus claves genéticas y asegurar su futuro en esta tierra; pero los recientes datos acerca de una extraña epidemia de tristeza, cuyos focos principales han sido ubicados en dichas instituciones por los expertos, han puesto en duda la posibilidad real de su subsistencia.