lunes, 11 de mayo de 2009

Benjaminiana


He aquí una paradoja bastante curiosa, tal como, por otra parte, suelen ser las paradojas: en todos aquellos que estudian el pensamiento de Walter Benjamin, la tentación es siempre acechar en sus textos desde una perspectiva que no había sido notada hasta ese momento, una especie de sugestión que hace estar al pendiente del cabo de cualquier hilo negro que pudiera asomar. Bueno, al menos así me ha ocurrido a mí: las lecturas deben realizarse a contrapelo, el análisis será mejor si se emprende a contrapelo, incluso la vida puede tener más sentido si se la vive a contrapelo; es decir, todo tendría que ser a contrapelo, y tanto es así, que incluso este término se ha convertido en una piedra preciosa que ciertos sociólogos contemporáneos (y disculpen que no otorgue nombres, pero también es cierto que esto no es ninguna cacería de brujas) se cuelgan al cuello y lo utilizan sin el menor empacho para nombrar sus artículos, o bien, lo que resulta aún más dramático, para titular sus exhaustivos libros. Y así, con tal de no caer en el lugar común de una lectura superficial, caemos en el (cada vez más) lugar común de vislumbrar hilos negros por doquier, algo semejante a lo que a veces ocurre con las lecturas de Shakespeare, en las que no pocos entusiastas, suelen hacer majestuosas montañas a partir de los guijarros más pedestres de sus textos.
Y si se me permite que haga oídos sordos a ciertas exclamaciones, aún lanzaría un par de preguntas más: ¿qué pasaría si se hiciera una lectura más hedonista, digamos, de sus escritos? ¿Sería posible que la paradoja se anulara a sí misma merced a esa especie de "contrapelo" del contrapelo? La respuesta es más abismal de lo que parece ya que nunca se ha visto que una serpiente o un perro se muerdan más allá de la cola. No se comerían su propio cuerpo, no por desafío a una serie de ineludibles leyes naturales, sino porque simplemente el hambre no da para tanto. Pero también eso es lo que creo en este momento.
Después ya no lo sé. Y más valdría no preguntar.

5 comentarios:

Marina Zaga dijo...

Violentamente... a contrapelo, te he leído y me ha gustado...

Anónimo dijo...

Amigo simio, me alegra que hayas abierto los comentarios anonimos para todos los que no tenemos blog. Saludazos.
Rodrigo

Xabo Martínez dijo...

Interesante, y aunque no he leido a fondo a Benjamin, tu postura me parece valida.

saludos

Gustavo López dijo...

Sin exclamaciones de ninguna clase, pero encuentro un placer delicioso en inventar un relato solamente a partir de la pigmentación de un cabello o unas migas de pan.

no descansamos en nada dijo...

A contrapelo y mordiéndose la cola resulta la creación a partir de la creación, los círculos moebiusianos cuyo más bello atributo es su transcurso; como el viaje en tren, me dicen.
Otro saludo.