En el clásico de Akira Kurosawa, La fortaleza escondida (1958), cuando los parias Tahei y Matakishi son apresados y reducidos a la esclavitud por el ejército de un dictador del cual no sabremos nunca el nombre, llama mucho la atención la forma en que éste arenga, desde una majestuosa silla, a todos los esclavos que son obligados a cavar sin descanso en una especie de pozo situado por debajo de él: “Escuchen atentamente", les grita, "5 000 piezas de oro están enterradas por aquí. Hasta que lo encuentre, ustedes no son humanos, son topos. ¡A cavar! ¡Caven hasta que mueran, topos!”, acto seguido escupe con insolencia y deja de mirar hacia abajo. Aunque el tono del film hace que se nos escape la risa antes que sentir pena o compasión por el negro destino de todos esos hombres, la escena ilustra con diabólica fidelidad la naturaleza misma del poder corrompido. El dictador impone sus órdenes a los esclavos, no sólo con la absoluta convicción de que será obedecido en el acto, merced a su fuerza superior, sino también haciendo notar que los esclavos son subhombres a los ojos de su señor, idea que nos recuerda a cierto dictador austriaco-alemán que antes del mediodía del siglo XX provocara una de las masacres más horrendas de las que tenga memoria la humanidad.
Imagen: escena de La fortaleza escondida (1958), dirigida por Akira Kurosawa.
Imagen: escena de La fortaleza escondida (1958), dirigida por Akira Kurosawa.
7 comentarios:
Precisamente ayer, 2 de agosto, por iniciativa de Barcelona, revista satírica, «celebramos» acá el día del hijo de puta.
Se fijó la fecha en el cumpleaños de Videla, en clara señal de repudio hacia el terrorismo de Estado [1976-1983].
Es curioso como, en las muchas ocasiones en las que me he detenido a pensar sobre esto, en unas ocasiones me limito a ver la naturaleza perversa de algunos individuos –incluso comunidades–; y en otras pienso que la perversa es la realidad de cada persona, al modo de "cada cual son él y sus circunstancias", para ver amparo en deplorables actos.
No obstante, independientemente del razonamiento, la conclusión es que, lo perverso de veras, es el resultado.
Saludos.
Excelente blog.
Pero increíbles las casualidades:
yo también me llamo Víctor Sampayo, yo también soy escritor y yo también soy de capricornio.
Increíble.
Saludos, desde Argentina.
Estoy seguro de que desde acá podríamos aportar una muy buena cantidad de prospectos para la celebración que mencionas, Gustavo.
Sr. Almorro, luminoso es su razonamiento: "lo perverso de veras, es el resultado". ¿Cuántas veces hemos encontrado gente sórdida por sí misma?, pero en verdad sólo se nota cuando su acción causa reacción.
En cuanto a las casualidades, querido tocayo, has hecho que trague saliva con un ruidillo opaco. Lo único que falta es que tengas también un librito llamado "Los días incendiados", con lo que sería más que suficiente para escuchar la tonadita aquella de "Dimensión desconocida"...
En verdad, fui en busca de un argumento para un cuento fantástico (el doble, etc.). Googleé y te encontré.
Ahora, voy a bucear en tu poética para encontrar, no de mi doble, sino el antagonista dentro de mi doble (ya te adjudiqué arbitrariamente esa categoría). Y eso será parte de un cuento.
Y no, no tengo un libro llamado "los días incendiados", aunque... ¿si mi próximo libro se titulara así?
Jaja, sólo espero conocer dicho relato en algún momento. Sería por lo menos cuurioso encontrar la gris cotidianidad de mi vida como trama de un cuento fantástico. En fin, por aquí andaremos.
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