jueves, 17 de marzo de 2011

Páginas al azar


Me sucede a menudo con ciertos libros. Los abro al azar y leo un párrafo, unas páginas, a veces incluso un relato. Casi nunca guardan relación con lo que sucede en mi propia vida; pero a veces sí. A veces el humor particular de un momento embona como pieza de rompecabezas con lo que encuentro en unas cuantas líneas, con una idea lúgubre o luminosa, de fraternidad o misantropía, de hastío, felicidad o indiferencia. Hoy, debido a esta forzada reclusión, abrí al azar el Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa, y justo en la página 135 encontré este puñado de agujas:

«¿Qué me importa que nadie lea lo que escribo? Lo escribo para distraerme de vivir, y lo publico porque el juego incluye esa regla. Si mañana se perdiesen todos mis escritos, sentiría pena, pero creo sinceramente que no sería una pena violenta y loca como cabría suponer, puesto que en todo eso iba toda mi vida. No es diferente, pues, de la madre que, muerto el hijo, meses después sigue ahí [?] y es la misma. La misma tierra que sirve para los muertos serviría, menos maternalmente, para esos papeles. No todo importa, y creo de verdad que hubo quien vio la vida sin una gran paciencia para con ese niño despierto y con gran deseo del sosiego de cuando ella, por fin, se haya retirado a descansar».

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