De entre todos los animales acuáticos, sin duda alguna el tirenio es el más hermoso y fatal de todos, ya que su figura casi traslúcida es imperceptible a primera vista, a menos de que un observador paciente se ponga a escudriñar las aguas en las así llamadas “tardes rojas”, dado que por un curioso efecto de la luz moribunda del sol, es posible contemplar en sus contornos un matiz fluorescente, como si dentro de las aguas se deslizara un grácil anuncio de neón.
Los tirenios no se compadecen de nadie, pues una vez que han puesto el ojo en el animal que les servirá de alimento, lo envuelven en un tejido de extraños cánticos, los cuales dieron pie a un sinnúmero de leyendas antiguas, y una vez que su presa queda hipnotizada, comienzan por devorarle el cráneo, sobre todo en las zonas que albergan la imaginación y los sueños, con lo que lo último que visualizan las desdichadas víctimas antes de fenecer es al propio tirenio como si estuviera realizando alguna exquisita labor amorosa. Sin embargo, por alguna razón que los científicos confiesan ser incapaces de comprender, lo anterior sólo es puesto en práctica por los machos, ya que las hembras ejercitan una atroz indiferencia después de los cánticos, con lo que la presa, invadida por el más absurdo amor, comienza a abrirse desesperadamente el pecho, y así a las tirenias sólo les resta comerle el corazón con suma delicadeza. Y pese a esta pequeña diferencia, ambos coinciden en su costumbre de abandonar el cadáver casi intacto al apetito de las megeracas, las culertijas y otros tantos animales de rapiña.
Se sabe que los tirenios nacen cuando la primavera muestra sus primeros signos de madurez, y que durante su escalofriante y tempestuoso rito de apareamiento las hembras braman como los toros comunes y corrientes, con lo que simbólicamente han quedado asociados en diversas culturas. Hasta el momento los estudiosos no han conseguido ponerse de acuerdo en el tema de su longevidad, ya que los pocos desgraciados que han conseguido observar frente a frente su bello y letal rostro, son incapaces, no digamos ya de reconocer los signos de la edad de estas magníficas bestias, sino incluso de recobrar algún atisbo de inteligencia.
2 comentarios:
Buen texto para empezar el año amigo simio, y ojala que siga manteniendo esa calidad tan alta en este 2010. Saludos y feliz año nuevo!!
Se cuenta que uno de los marineros del Escipion que navegaba por las olas noruegas, perecio de esa muerte "roja". Se dice que los lamentos fueron atroces. Solo uno de ellos se atrevio a dar testimonio,. los demas se limitaban a callar.
Feliz inicio de año.
Un abrazo
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