miércoles, 29 de diciembre de 2010

Resplandores

Volcán Popocatépetl, martes 28 de diciembre de 2010.

Mañana. Resabios nocturnos se escapan. Miradas, cerca y lejos. Fruta y luz. Plantas verdes, mate. Automovil y tráfico. Música. Una lámina de sol. Carretera hacia adelante. Pueblos. Preguntas. Nubes como borregos. Las manos en el volante. El recuerdo fugaz de una tonada. Hljómalin. Vacío en las entrañas. Carretera sinuosa. Mirada perdida. Bruma. Montañas. Recuerdos inconexos. Familia lejana. Amor, amores. Muerte, nudos y liviandades. Ascenso. Bosque. Aire frío. Ruido de motor. Montañas cada vez más grandes. Preguntas ancestrales, a mí mismo, al que fui, al que soy. Rostros yendo y viniendo. Comienza la tarde. Oyameles danzantes. Nubes y sol. La mano por la ventanilla. Aire, existencia. Al fin los pies sobre la tierra. Arena y cumbres. Los volcanes. Uno fuma y la otra duerme. Viento que corta. Pasos. Colores irreales, como en ciertos sueños. Rocas. Mucho amarillo y azul. Silencio profundo. Ganas de ser etéreo. Palabras que caen como hojas. Ciclos, una vez más. Los minutos desembocando en el pasado. Comida frugal. Retorno a la cotidianidad. Sol invernal al poniente. A lo lejos la ciudad. Hljómalin en la radio como el primer resplandor casual...

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